Boa sorte, Lino

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Le preguntó Jordi Évole a Pau Donés si estaba cabreado con la vida por llevárselo tan pronto. Y Pau dijo: no, lo que la vida me ha dado ya es un regalo. De ahí, a Vivir es urgente. Y eso hizo Lininho... Al bueno de Lino lo encontré por casualidad y lo perdí sin querer. Él me llevó de la mano siempre con su experiencia y su periodismo de escuela… de escuela de la vida. Los dos vivimos una situación laboral dolorosa (un ERE), y él fui mi guía. Tres consejos en uno: va a pasar, ponte delante de la pancarta y piensa en el día siguiente a que se acabe. Él se fue de TVG y yo de C9, y nos encontramos en el infortunio para siempre. Pero nunca faltó una sonrisa ni su enorme sentido del humor. Mucho antes empezó nuestra amistad…

Lino es gallego a rabiar, amigo incondicional, periodista de raza y, como decía Antonio Machado: en el buen sentido de la palabra, (era) bueno. Y, como digo, se me ha ido, se nos ha ido. Por supuesto que mucho más a Alicia, su mujer, y a sus hijos, Alejandro y Diego. Hace tiempo que un adiós no me hace tanto daño. La marcha de Lino, sí. Porque él se fue como le conocí: incapaz de calcular el alcance de su humor, de descifrar la verdad de la no-verdad después de una broma. Y me da rabia porque (seguro que él lo quería asi), me creí a Lino hasta cuando bromeaba con su muerte. Se fue sin avisar, amando su profesión, a su familia, orgulloso de sus hijos y admirador de Alicia quien mejor entendía lo que era ser amado y amar a Lino. Su bondad y su amor no tenían fin, como su sentido del humor, que ponía color a lo más gris.

El último video que me envió estaba él enganchado a un respirador. Le pregunté si era por la covid, y si era grave. Y que se cuidara mucho. Y me dijo:

– Que Covid ni que gililpollez
-Mi primera experiencia en un avión de caza supersónico. ja ja
– Oxígeno.
-Nada grave
-Pero espectacular para asustar a los amigos, Ja ja ja ja

Pocos días después…

Gallego, celtiña, vigués…

La primera vez que supe de Lino fue por teléfono. Él trabajaba en TVG y yo en la extinta Canal 9. Él hacía el pie de campo de los partidos del Celta (entonces en Segunda) y yo las narraciones de segunda en mi tele. El destino quiso que hiciéramos muchos partidos del Celta. Y Lino me contaba todo lo que allí pasaba y me cantaba los onces para que yo los pasara a rotulación. De ahí, empezamos a hablar de forma asidua hasta que nos conocimos.

Lino vino, con Alicia y sus dos hijos, a Moncofa (Castellón) a pasar unos dias de verano. Mi hija y yo fuimos a visitarlos. Conocí a su familia, sobre todo a Alicia, con quien mantuve largas charlas. Sobre todo después en Vigo, y sobre todo después que a él lo echaran de TVG, como después a mi de C9. A Ali le preocupaba que Lino se cayera, aunque allí también el humor encubrió su daño, el dolor de alguien que amó profundamente todo lo que hacía y a todos los que tenía cerca. Nunca cayó porque Alicia fue su apoyo y su equilibrio.

El fútbol, la profesión y el destino profesional nos unieron. Quisimos trabajar juntos a distancia pero no lo conseguimos. Tuvimos charlas interminables. Conocí a su mejor amigo, Antonio, su alter ego, su gran amigo. Me duele, Lino. Me duele no haber estado más cercano a ti, me duele no saber descifrar cuánto enmascarabas tu daño… y me he dado un bofetón tremendo con tu adiós. Sé que tú querías que fuera así, no querías que estuviéramos pendientes ni que te viéramos mal, o te sintiéramos mal. La última vez q nos vimos, en Vigo, en una tarde lluviosa, ya convaleciente de ese puto cáncer que te ha aniquilado. Ya no me dejaste acercarme más (y por supuesto que lo respeto, y lo admiro) Preferiste irte sin dar lástima, y a fe que lo conseguiste, amigo.

No quiero recordar lo último, prefiero revivir tus excusas para no ir a la playa (lo odiabas, pero siempre estabas), tus caras cuando nos metías una bola que siempre caíamos. Recuerdo la sonrisa de Alicia cuando tú pensabas que se había tragado alguna de tus bromas. Te amó así, como todos te hemos querido. Irónico, picante, rebelde, próximo, cariñoso, dedicado, absolutamente noble y más preocupado de los demás que de ti mismo. Hasta el final… Oporto, ¿recuerdas? Estuvimos tú, Alicia, Ainara y yo. Uno de los últimos sitios que estuve contigo y con Alicia y que siempre llevará tu recuerdo. Las fotos en la Estación, tan bella y llena de arte…

Me niego a llorar de dolor, porque tú nunca lo hiciste (al menos nunca delante de quien estimabas y cuidabas) Te voy a echar mucho de menos, Lino. Mucho, amigo. Espero que tu viaje con el avión de caza supersónico te vaya todo lo bonito que te mereces. Lo que es seguro es que será divertido.

Moita sorte, amigo. Grazas por todo.

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